sábado, 6 de diciembre de 2008

cinematube

me veo incapaz de escribir un post realmente serio sobre este vídeo...no porque no lo merezca, sino porque me tomarían por un imbécil galáctico. ASí que, como no me atrevo a publicarlo en un blog con foto, lo plasplaré aquí, que no hay criterio. Porque...hay mucho cine, mucho, en los escasos 51 segundos de este vídeo.

Vedlo primero



Hay numerosos elementos cinematográficos en bruto que juegan algún papel en este vídeo y que lo hacen gracioso (si alguien no lo ha encontrado gracioso...puede dejar de leer. Se llevará consigo toda mi ofensa)

1.- el zoom. El zoom hasta un primer plano del perro supone una herramienta que convencionalmente significa penetración en la conciencia. Cuando en la pantalla sólo aparece el rostro del protagonista, cualquier mínimo gesto queda cargadísimo de significado. La mirada que el perro lanza hacia el techo podría no significar nada...pero en un primer plano significa "dios mío...qué te he hecho?"

2.- el encuadre. Vale, el vídeo es fortuito, pero casi parece coreografiado. El perro, en primer plano, sufre el dilema entre escapar de la mirada del coñazo de su dueño, o seguir siendo la estrella. Y los límites laterales del encuadre son las fronteras entre el ostracismo y la pesadez de la fama.

3.- el enfoque. Claramente estamos ante un plano subjetivo que nos convierte a los espectadores en la molesta mirada que agobia y atrae al pedlito.

4.- la música/el sonido. La música es la puntuación del vídeo. Le da un mometo de inicio, y luego regula el ritmo. Los gemidos...son sensacionales y punto. Crean al personaje.

Aquí me voy a dejar de flipar...

0 increíbles aportaciones: